En la
búsqueda de un empleo que le permitiera trabajar desde casa y combinar tiempos
y horarios entre la familia y el desarrollo profesional, Mónica Obregón decidió
iniciar un negocio de
pasteles para niños.
Durante un viaje a Estados Unidos en el año 2000,
conoció la metodología Wilton que fomenta la capacitación en elaboración y
decoración de pasteles y cupcakes.
Al principio elaboraba pasteles para las fiestas de
sus conocidos, a quienes proponía nuevos diseños de decoración para eventos
como fiestas infantiles, bodas, XV años. Ahora, a 12 años de haber iniciado con
un proyecto de autoempleo, su empresa Cupcakemania ofrece cursos para nuevas
emprendedoras y hasta opciones de franquicias.
"La idea es abrir el conocimiento que hemos
adquirido y ayudar a otras mujeres a profesionalizarse en la industria de la
repostería, con el tiempo hemos aprendido que sí hay alternativas para combinar
la atención a la familia con las ganas de emprender", explica Mónica Obregón.
La tienda Cupcakemanía abrió sus puertas en 2009,
pero ahora no sólo se pueden comprar pasteles y panquecillos, también es un
laboratorio donde otras mujeres pueden aprender técnicas de repostería.
"No tenemos miedo al auge que ha tenido este
tipo de negocios, es cierto que los cupcakes están de moda, pero para que este
tipo de productos se mantenga en el gusto del público es necesario que haya
innovación, que los pasteles evolucionen con los gustos del mercado",
explica.
El negocio de Mónica tiene cuatro
distintas fuentes de ingreso: la venta de pasteles, las clases, la venta de material para las nuevas
emprendedoras que inician y la modalidad de franquicia.
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