jueves, 22 de marzo de 2012

Franquicias, ¿la solución?

Normalmente al pensar en la opción de una franquicia, un nuevo emprendedor o inversionista piensa en la palabra seguridad como uno de los elementos más decisivos a la hora de abrir un nuevo negocio.
Los resultados hasta ahora apoyan tal criterio, una vez que el índice de éxito de las franquicias que operan en México es más que aceptable, tomando en cuenta los factores que se utilizan para calificar el desempeño de una inversión.
Las franquicias parecen tener todas las ventajas: rentabilidad a corto plazo, posicionamiento, procesos administrativos y de operación estandarizados que aseguran la calidad, además de rangos de inversión que van desde varios millones de pesos, hasta cantidades irrisorias al hablar de inversiones. Una franquicia genera empleos, lo cual es una aportación importante en las condiciones actuales del país. ¿Qué más puede querer cualquier emprendedor?, o ¿por qué no todos los negocios que se abren cada año son franquicias?
Si bien el sector tiene un crecimiento constante, que será del 13% para 2012, según afirma Diego Elizarrarás, presidente de la Asociación Mexicana de Franquicias.
Una característica fácilmente observable de las franquicias es que prácticamente todo el sector está dedicado a los servicios y al comercio, con especial incidencia en el ámbito restaurantero.
Un argumento frecuente entre los inversionistas para no adquirir una franquicia es la pérdida de autonomía en la toma de decisiones, lo cual afectará principalmente al franquiciatario que ya cuenta con experiencia en administración de negocios. Otra es la obligatoriedad de los pagos de regalías y contribuciones para gastos promocionales, entre otras objeciones. Todos ellos son argumentos “débiles” a los ojos de los franquiciantes, cuando se ponderan la seguridad que ofrece la adquisición de un negocio probado.
Y ¿cuál es la razón para que ese crecimiento en el número de franquiciantes, puntos de venta y por tanto empleos generados no sea todavía mayor? Una podría ser que las franquicias verdaderamente atractivas y “seguras” son extremadamente caras, tomando en cuenta el capital potencial disponible de un inversionista individual, siendo que el factor seguridad de inversión no será fácilmente aceptada como garantía para un crédito por parte de la banca comercial.
Esto hace pensar en oligopolios virtuales donde la propiedad no está limitada a una sola unidad de negocio, lo que no es malo por sí mismo en tanto sea un derecho y además se están generando empleos, pero deja en la práctica opciones menos atractivas para los emprendedores inexpertos o con capital menor. No obstante, existen apoyos como el Programa Nacional de Franquicias que pueden coadyuvar a que estos pequeños inversores accedan a mejores opciones
Cada aspirante a franquiciatario deberá revisar todas sus opciones antes de tomar una decisión.
Bajo otro enfoque de análisis, vale la pena plantear una pregunta con respecto a la situación macroeconómica de México, de sus perspectivas y enfoques de desarrollo: ¿pueden ser las franquicias la respuesta ante las graves carencias en empleo y dependencia tecnológica que padecemos desde hace tiempo?
La generación de empleo es indudable, pero las perspectivas de desarrollo para un empleado en este tipo de negocios es limitada dadas las estructuras organizacionales planas en la mayoría de ellas, lo cual hace que las intenciones de permanencia sean bajas y muchos de los empleos generados sean considerados temporales, mal pagados y con altos índices de rotación.
México deberá decidir, tarde o temprano, si se define como un país distribuidor de bienes producidos en cualquier otra parte, y como un país restaurantero y de servicios, y renunciar en gran medida a la posibilidad de creación de empresas productoras de infraestructura y bienes de capital.
Lejos de verlo como un escenario desfavorable, es una opción validada que en otros países ha funcionado por ejemplo con el turismo, mismo que lo han hecho la fuente de ingresos principal de su población, creando niveles de vida más que satisfactorios. El tema ahora estará en trazar las políticas públicas y tácticas concretas para que la población esté preparada ante el cambio.

Viernes 16 de marzo de 2012
Marco Antonio Aguilar González
El Universal

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